La princesa y el coristaComo si de una película de espías se tratase, en nuestra España castiza tenemos una mezcla  de culebrón de mesa-camilla y un regio enredo.
Por lo visto, en el CNI no queda nadie en nómina con la capacidad intelectual de Corina, que parece ser que su talento es extraordinario para hacer trabajos de “investigación y colaboración”. Todos sabemos que nuestra cantera de cerebros dotados para trabajos de alta cualificación, salen en estampida hacia tierras prometidas, con la esperanza de encontrar quien le reconozca su valía académica y laboral.

Corina -que no tiene título principesco- entre sus muchas aptitudes, posee la de ayudar de forma incondicional y sin remunerar, a la autoridad que se lo solicite, sin otro interés que hacer el bien al prójimo. ¡¡¡¡Si Benedicto le hubiera pedido mediación con...!!!!!.
Esta Mata Hari moderna, igual busca empleo digno a un miembro de la casa del rey, que media en las relaciones comerciales entre España y Arabia Saudí, cuando su entrañable amistad real así lo requiere. Y todo, insisto, sin ninguna gratificación económica. Eso sí, se le proporciona aposento cuando se solicita óbolo de su persona para que su estancia en nuestra patria sea cómoda y acogedora.
De los muchos reales sitios de los que disponemos, una invitada tan ilustre, merece un lugar digno de su categoría: se le da cobijo en las cercanías de un lugar llamado “El Pardo” a pocos pasos de “Zarzuela”, para que no sea importunada y así su dedicación para con los menesteres que les son solicitados sea completo, disponiendo además de seguridad por parte de las fuerzas del estado, que para eso están.
Las malas lenguas y los mal pensantes creerán que esta alemana, de origen danés y ciudadana del mundo, es solo una cara bonita, pero nada más lejos de la realidad. Es una gran lobby, y no sonriáis ante esta palabra que puede llevar a confusión. Su gran destreza conciliadora, ha hecho que sean numerosos sus trabajos, valorándose su maestría en determinados ámbitos políticos y económicos, nacionales e internacionales.
Y como no puede ser de otra manera, la hospitalidad española la acoge como una más de la familia. Se acepta tal cual es, con sus encantos y con sus trabas, desde luego muy pocas. Se le considera como a cualquiera de nosotros, con los mismos derechos y las mismas obligaciones, sin privilegios.
Y es que en este país nuestro, a lo largo de la historia,  las cortesanas reales han sido muy valiosas y provechosas para el buen funcionamiento de las tareas de palacio.

La imagen es de http://alptekinenes.deviantart.com/art/il-mio-night-dress-with-photoshop-processing-275367812

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